La filosofía barefoot o minimalista.

La filosofía detrás de las zapatillas minimalistas o barefoot es usar la mecánica natural del 
cuerpo humano para una corrida más ajustadas a las disposiciones estructurales de
 los huesos y la musculatura de nuestro tren inferior y a la posición natural de nuestra columna.
 Requiere el desarrollo de técnicas de corrida distintas a las que generamos al correr con las
 zapatillas de consumo masivo. En efecto, las zapatillas más masivas están provistas de
 suelas con especial reforzamiento para el talón. Eso evita lesiones en la rodilla y las otras 
articulaciones, pero también estimula a que el primer punto de apoyo del pie al dar un paso
 mientras se corre sea precisamente el talón, con lo que no sólo no desarrollamos toda la
 musculatura de nuestros pies, sino que ponemos a nuestra columna en una posición asimétrica 
y no natural.

Las zapatillas minimalistas o barefoot, por el contrario, no presentan suelas de talones
 reforzados. Sus suelas regulares y de escaso grosor no sólo estimulan a usar el metatarso
 como punto de apoyo, sino también a que los centros neuronales del pie desarrollen mayor 
sensibilidad respecto a los accidentes de la superficie, lo que, a su vez, permite un flujo mayor
 de señales al cerebro para que éste realice ajustes más dinámicos de nuestra posición 
corporal. En términos simples, al ser nuestros pies más sensibles a las variaciones
 de la superficie, estimulamos el desarrollo de mayor sentido del equilibrio.

Muchos de los diseños minimalistas están inspirado en el etíope Abebe Bikila, quien, 
corriendo descalzo, con un tiempo de 2 horas, 15 minutos y 16 segundos, ganó la prueba de
 maratón de los Juegos Olímpicos de 1960 realizados en Roma. Pero también se inspira en
 la abundante evidencia antropológica sobre tribus que corren “al natural”, descalzos, 
o con zapatos artesanales de escasa o nula suela, como losGuerreros Maasai de Kenia.

Las zapatillas minimalistas no sólo están cambiando las formas de correr. También 
han iniciado el desarrollo de un movimiento académico y deportivo, el movimiento barefoot,
 que proclama el retorno a formas más naturales de correr, idealmente sin zapatillas. 

5.2 La propiocepción

En el sitio especializado en deportes Active se publicó un artículo muy interesante sobre 
cómo escuchar a nuestro cuerpo para mejorar nuestra performance. Cuando salimos a correr
 no pensamos mucho en cómo vamos ejecutando cada uno de nuestros movimientos. El 
objetivo del artículo es hacernos conscientes de eso. Para ello, señala un conjunto de técnicas
 para mejorar nuestra forma de correr. Acá les dejamos algunas:

·                                 Inclinar el cuerpo hacia adelante mientras se corre, sin doblar la cintura 
e inclinando los tobillos. La gravedad hará su trabajo, esto permitirá corregir la sobrezancada;

·                                 Concentrarse en tirar el ombligo hacia la columna. Con esto se activa el
 trabajo en los músculos de las abdominales que son los estabilizadores mas importantes de la 
pelvis y columna durante la carrera. Con esto la transferencia entre tronco y piernas será mas 
eficientes.

·                                 Imagina que corres sobre agua. El objeto es no hundirte. Para ello debes
 pisar rápido y ligero, pero con fuerza. El objeto es minimizar el tiempo de contacto con el suelo 
y comenzar la fase de tracción anterior. Esto, por supuesto, se logra cuando no pisamos con el
 talón.

·                                 El pie humano contiene 27 huesos y docenas de músculos y ligamentos.
 Esta estructura permite que el pie reciba a cada contacto con el suelo un conjunto de 
información vital para mejorar cada zancada. Lamentablemente las zapatillas 
tradicionales limitan el movimiento natural del pie. Al contrario, este tipo de información se puede
 obtener con zapatillas minimalistas que generan mayor libertad de movimiento.

Todos estos consejos se sustentan en un nuevo concepto de actividad física: la 
propiocepción. La propiocepción es el uso conjunto de nuestros sistemas sinestésico y
 nervioso para optimizar el comportamiento del cuerpo en base su interacción con el entorno.
 En parte, este concepto alimenta a la filosofía barefoot.

Si quieres probar el barefoot para corroborar la mejoría de tus capacidades de 
propiocepción, te recomendamos la guía Proprioception: Making Sense Of Barefoot 
Running de Lee Saxby. Es un excelente compendio (y muy sucinto además) del conocimiento
 básico que ha desarrollado la ciencia natural y social acerca del barefoot. Se encuentra en 
inglés, pero en lenguaje muy llano y accesible. Así que si no eres amigo/a de hablar en anglo, 
no vas a tener problemas. Te recomendamos especialmente el prólogo de Daniel Lieberman.

Harvard y su espaldarazo al barefoot

El crecimiento de la tendencia barefoot ha generado algo de polémica en los últimos años.
 Las marca norteamericana Brooks se manifestó en contra de ella. Pero la investigación
 de laboratorio sobre la biomecánica de nuestros pies parece estar inclinando la balanza
 a favor del minimalismo. Todo runner con un par de años corriendo sabe que NO se debe
 aterrizar con el talón a cada paso, pues eso es una manera incorrecta de trotar. Pero las 
investigaciones sobre el barefoot han llevado esta certeza aún más allá: gracias a ella
 sabemos que lo natural es pisar con la parte delantera del pie, porque la fuerza
 del impacto es sustancialmente menor que cuando se aterriza con el talón.

La corrida “barefoot”, que amortigua el impacto con el metatarso, tiene otras importantes
 consecuencias anatómicas y biomecánicas:

a) Fortalece los músculos de los pies, especialmente el arco.
b) Reduce la energía ocupada, pues se usa naturalmente la musculatura de la pantorrilla y 
además es más liviano.
c) Tus pies trabajan con la información propioceptiva que envían todos los sensores de la planta

Parte de esta información fue obtenida por una investigación de la Universidad de Harvard.

 (Fuente : Ego Ipse y Sharky a través de José Maria Galetto - Quiropractor)